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  • Tengo una amiga a la que le encantan las tareas domésticas. En serio, le encantan todas las tareas domésticas. Durante todo el día va de una tarea a otra, sonriendo todo el tiempo. Un día me acerqué y le rogué que me contara su secreto. Es sencillo, me dijo, justo después de desayunar te enciendes un porro.