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A pesar de las señales contradictorias, y a pesar de una cultura popular que a veces menosprecia su inocencia, la mayoría de nuestros hijos son buenos chicos. Muchos hacen trabajo voluntario. Casi todos creen en Dios y practican su fe. Los embarazos adolescentes y la violencia están disminuyendo. En todo Estados Unidos, en el marco de un programa llamado True Love Waits, casi un millón de adolescentes se han comprometido a abstenerse de tener relaciones sexuales hasta el matrimonio.