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  • La virtud de Marco Aurelio Antonino era de un tipo más severo y laborioso. Fue la cosecha bien ganada de muchas conferencias eruditas, de muchas conferencias pacientes y de muchas elucubraciones a medianoche. A la edad de doce años, abrazó el rígido sistema de los estoicos, que le enseñó a someter su cuerpo a su mente, sus pasiones a su razón; a considerar la virtud como el único bien, el vicio como el único mal, todas las cosas externas como cosas indiferentes.

    Edward Gibbon (1821). “The History of the Decline and Fall of the Roman Empire”, p.92