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  • Lo que tiene alma difiere de lo que no la tiene en que lo primero muestra vida. Ahora bien, esta palabra tiene más de un sentido, y siempre que uno solo de ellos se encuentre en una cosa, decimos que esa cosa es viviente. Vivir, es decir, puede significar pensamiento o percepción o movimiento local y reposo, o movimiento en el sentido de nutrición, descomposición y crecimiento. De ahí que también consideremos vivas a las plantas, ya que se ha observado que poseen en sí mismas un poder originario mediante el cual aumentan o disminuyen en todas las direcciones espaciales.

    Aristotle (2015). “The Aristotle Collection [50 Books]”, p.1083, Catholic Way Publishing