La locura, siempre que venga como don del cielo, es el canal por el que recibimos las mayores bendiciones... los hombres de antaño que dieron nombre a las cosas no vieron desgracia ni reproche en la locura; de lo contrario, no la habrían unido al nombre de la más noble de las artes, el arte de discernir el futuro, y la habrían llamado el arte maníaco... Así que, de acuerdo con la evidencia proporcionada por nuestros antepasados, la locura es una cosa más noble que el sentido sobrio... la locura viene de Dios, mientras que el sentido sobrio es meramente humano.