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Obviamente, uno daría la vida por sus hijos, o les daría la última galleta del plato. Pero, para mí, el truco de la vida es tomar ese sentido de la generosidad entre parientes, aplicarlo a la familia extendida y a tu vecino, a tu pueblo y más allá.
Obviamente, uno daría la vida por sus hijos, o les daría la última galleta del plato. Pero, para mí, el truco de la vida es tomar ese sentido de la generosidad entre parientes, aplicarlo a la familia extendida y a tu vecino, a tu pueblo y más allá.