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¿Quieres hacer esto? Siéntate y hazlo. ¿No estás escribiendo? Sigue sentado. ¿No te sientes bien? Sigue ahí sentado. Piensa que eres un monje que recorre el camino hacia la iluminación. Piensa en ti mismo como un estudiante de bachillerato que quiere ser neurocirujano. ¿Es posible? Sí. ¿Hay algún atajo? No he encontrado ninguno. Escribir es un negocio miserable y horrible. Sigue con ello. Es mejor que nada en el mundo.