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Sobreviví a esta tortura que me dejó paralizado durante años. De eso se trató aquella noche, de mutilación, más que de violencia a través del sexo. Realmente me siento como si me hubieran mutilado psicológicamente esa noche y ahora estoy tratando de juntar las piezas de nuevo. A través del amor, no del odio. Y a través de mi música. Mi fuerza ha sido abrirme de nuevo, a la vida, y mi victoria es el hecho de que, a pesar de todo, mantuve viva mi vulnerabilidad.