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El Evangelio es motivo de alegría. Nos proporciona un motivo de alegría. Por supuesto que hay momentos de tristeza. Por supuesto que hay horas de preocupación y ansiedad. Todos nos preocupamos. Pero el Señor nos ha dicho que levantemos nuestros corazones y nos regocijemos. Veo a tantas personas... que parecen no ver nunca la luz del sol, sino que caminan constantemente con tormentas bajo cielos nublados. Cultiva una actitud de alegría. Cultiva un espíritu de optimismo. Camina con fe, regocijándote en las bellezas de la naturaleza, en la bondad de los que amas, en el testimonio que llevas en tu corazón sobre las cosas divinas.