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  • La belleza es, en cierto modo, aburrida. Aunque su concepto cambie a lo largo de los tiempos... un objeto bello debe seguir siempre ciertas reglas. Una nariz bella no debe ser ni más larga ni más corta, al contrario, una nariz fea puede ser tan larga como la de Pinocho, o tan grande como la trompa de un elefante, o como el pico de un águila, y así la fealdad es imprevisible, y ofrece un abanico infinito de posibilidades. La belleza es finita, la fealdad es infinita como Dios.