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  • Hay una cosa notable en nuestro cristianismo: malo, sangriento, despiadado, acaparador de dinero y depredador. La invención del infierno medida por nuestro cristianismo de hoy, malo como es, hipócrita como es, vacío y hueco como es, ni la deidad ni su hijo son cristianos, ni están cualificados para ese lugar medianamente alto. La nuestra es una religión terrible. Las flotas del mundo podrían nadar con espaciosa comodidad en la sangre inocente que ha derramado.