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Me parece interesante ver cómo la gente, en su mayoría más joven que yo, se toma muchas molestias para intentar reproducir cosas de una época que era mucho más física, de una época menos virtual. Eso me fascina, porque parece simbolizar algo que ocurre en la propia cultura, y también siento una especie de admiración innata por la obstinación que requiere hacer esas cosas físicamente. Se ha vuelto increíblemente difícil. En Norteamérica, hemos olvidado en gran medida cómo hacerlo.