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Para mí, la música no es en absoluto ornamental o decorativa, es constitutiva de lo que soy. Y por eso, cuando digo que soy un blues man, es una vocación muy seria: reunir el valor para encontrar tu propia voz única, para forjar tu estilo distintivo en el mundo, para dejar tu huella en las arenas del tiempo de tal manera que tu singularidad, tu individualidad, siga siendo algo que la gente tenga que aceptar.