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  • Si alguien como Karl Rove hubiera querido neutralizar a los miembros más creativos, inteligentes y apasionados de su oposición, le habría costado mucho encontrar una herramienta mejor que el Burning Man. Exiliarlos a la naturaleza, darles una cultura en la que el estatus alfa requiere meses de concentración y una preparación que consume muchos recursos, proporcionarles toneladas métricas de confusantes psicotrópicos y luego... ignorarlos. Es una apuesta bastante segura que no saldrán a registrar votantes, o hacer cualquier cosa que realmente pueda amenazar el cambio electoral, cuando tienen un coche de arte para construir.