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Tengo una palabra para ti. Conozco toda la historia de tu vida. Conozco cada esqueleto de tu armario. Conozco cada momento de pecado, vergüenza, deshonestidad y amor degradado que ha oscurecido tu pasado. Ahora mismo conozco tu fe superficial, tu débil vida de oración, tu inconsistente discipulado. Y mi palabra es esta: Te reto a que confíes en que te amo tal como eres, y no como deberías ser. Porque nunca serás como deberías ser.