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Vendrá con la boca llena de frentes y la piel tan dulce como la primavera. Besará los lugares que duelen y te dirá que las cicatrices son hermosas. Cubrirá cada centímetro de ti con palabras que ha aprendido y te vestirá con los colores de cada estación y él no será el elegido. Se sentirá como un huracán y te preguntarás cómo podrás recuperarte y reconstruirte.
Pero lo harás.
Siempre lo harás.
Y te darás cuenta de que él no es el indicado.