-
Ningún santo, ningún Papa, ningún general, ningún sultán, ha tenido nunca el poder que tiene un cineasta; el poder de hablar con cientos de millones de personas durante dos horas en la oscuridad.
Ningún santo, ningún Papa, ningún general, ningún sultán, ha tenido nunca el poder que tiene un cineasta; el poder de hablar con cientos de millones de personas durante dos horas en la oscuridad.