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Ver algo maravilloso con tus propios ojos ya es maravilloso. Pero cuando lo ven dos, dos juntos, cogidos de la mano, abrazados, sabiendo que ambos conservarán ese recuerdo durante el resto de sus vidas, pero que cada uno de ustedes sólo conservará una mitad incompleta de él, y que nunca existirá realmente como un todo hasta que estén juntos, hablando o pensando en ese momento... eso vale más que uno más uno. Vale cuatro, u ocho, o un número tan grande que ni siquiera podemos imaginarlo.