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Se ha dicho que la voz del pueblo es la voz de Dios; y, por mucho que se haya citado y creído esta máxima, no se ajusta a la realidad. El pueblo es turbulento y cambiante, rara vez juzga o determina lo correcto.
Se ha dicho que la voz del pueblo es la voz de Dios; y, por mucho que se haya citado y creído esta máxima, no se ajusta a la realidad. El pueblo es turbulento y cambiante, rara vez juzga o determina lo correcto.