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Se está levantando una nueva raza de ministros que no se desgastarán por el evangelio. Están tan atrapados por la pasión, la unidad y la plenitud que salen corriendo y dicen: "¡Mundo, allá voy!". Si van a lugares donde les disparan, se emocionan. Si no les disparan, están encantados. Si el lugar al que van está sucio, están encantados. Si está limpio, están encantados. Jesús es el gozo puesto delante de ellos. Él es su gran recompensa.