-
Un tierno y joven corcho, sin embargo, no habría tenido más oportunidad contra un par de sacacorchos, o un tierno y joven diente contra un par de dentistas, o un pequeño volante contra dos battledores, que la que yo tuve contra Uriah y la señora Heep. Hicieron conmigo lo que quisieron, y me sonsacaron cosas que no deseaba contar, con una certeza que me ruboriza pensar.