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El gran comandante, que por la expresión de su rostro parecía estar siempre al acecho de algo en la distancia más extrema, y no tener conocimiento ocular de nada en un radio de diez millas, no respondió nada.
El gran comandante, que por la expresión de su rostro parecía estar siempre al acecho de algo en la distancia más extrema, y no tener conocimiento ocular de nada en un radio de diez millas, no respondió nada.