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He sido muy afortunado en los asuntos mundanos; muchos hombres han trabajado mucho más duro, y no han tenido ni la mitad de éxito; pero nunca podría haber hecho lo que he hecho, sin los hábitos de puntualidad, orden y diligencia, sin la determinación de concentrarme en un objeto a la vez, sin importar la rapidez con que su sucesor le pisara los talones, que entonces me formé.