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Nuestros pensamientos secretos, ¿aparecen alguna vez? La pequeña llama de nuestra alma puede estar ardiendo, pero nadie se acerca a su calor. Los transeúntes sólo ven un pequeño olorcillo que sale por la chimenea. ¿No tenemos que cuidar esa llama, apreciarla y esperar pacientemente a que alguien venga a sentarse junto a ella?