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Me opongo rotundamente al nombramiento de un embajador en el Vaticano. Cualesquiera que sean las ventajas que pueda tener en Roma -y no estoy convencido de ellas-, se verían más que contrarrestadas por el efecto divisorio en casa.
Me opongo rotundamente al nombramiento de un embajador en el Vaticano. Cualesquiera que sean las ventajas que pueda tener en Roma -y no estoy convencido de ellas-, se verían más que contrarrestadas por el efecto divisorio en casa.