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Tenemos nuestras dificultades, es cierto; pero somos una nación más sabia y más dura de lo que éramos en 1932. Nunca en toda la historia ha habido seis años de preparación interna de tan largo alcance. Y esto se ha hecho sin poder de mando de ningún dictador, sin reclutamiento de mano de obra ni confiscación de capital, sin campos de concentración y sin un rasguño a la libertad de expresión, la libertad de prensa o el resto de la Carta de Derechos.