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Lo mejor y más sano de la ciencia es, como en las montañas, el aire enérgico que sopla en ella. -Los espiritualmente delicados (como los artistas) rehúyen y calumnian la ciencia debido a este aire.
Lo mejor y más sano de la ciencia es, como en las montañas, el aire enérgico que sopla en ella. -Los espiritualmente delicados (como los artistas) rehúyen y calumnian la ciencia debido a este aire.