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  • Como la gente obtiene sus opiniones en gran medida de los periódicos que lee, la corrupción de las escuelas no importaría tanto si la prensa fuera libre. Pero la prensa no es libre. Como cuesta al menos un cuarto de millón de dólares fundar un diario en Londres, los periódicos son propiedad de hombres ricos. Y dependen de la publicidad de otros ricos. Los redactores y periodistas que expresan en letra impresa opiniones contrarias a los intereses de los ricos son despedidos y sustituidos por otros serviles.