-
En sentido estricto, no se puede legislar el amor, pero lo que sí se puede hacer es legislar la equidad y la justicia. Si la legislación no prohíbe nuestra convivencia, tarde o temprano tu hijo se caerá en la acera y seré yo quien tenga que recogerlo. O uno de mis hijos no podrá entrar en casa y tendrás que decirle: "Para aquí hasta que venga tu madre". La legislación nos brinda la oportunidad de ver si podemos querernos.