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¡Magnífico otoño! No viene como un peregrino, vestido de maleza rojiza; no como un ermitaño, vestido de gris; sino como un guerrero con la mancha de sangre en su cota de malla.
¡Magnífico otoño! No viene como un peregrino, vestido de maleza rojiza; no como un ermitaño, vestido de gris; sino como un guerrero con la mancha de sangre en su cota de malla.