-
Ovid yace aquí, el poeta, hábil en el suave deporte del amor;
Por sus propios talentos trabajó su perdición.
Oh, tú que pasas, si alguna vez has amado,
no creas que es una carga desearle un tranquilo descanso.
Ovid yace aquí, el poeta, hábil en el suave deporte del amor;
Por sus propios talentos trabajó su perdición.
Oh, tú que pasas, si alguna vez has amado,
no creas que es una carga desearle un tranquilo descanso.