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  • La prudencia personal, aun cuando esté dictada por consideraciones que no sean egoístas, no es ciertamente una virtud especial en un militar; mientras que un amor excesivo a la gloria, apasionando un impulso menos ardiente, el honesto sentido del deber, es la primera.

    Herman Melville (1966). “Billy Budd”, p.14, Hayes Barton Press