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  • Las mujeres empeñan sus joyas y las pólizas de seguro de sus maridos para adquirir un tono desacostumbrado en el pelo o en el crêpe de chine. ¿Por qué, entonces, cuando alguien hace algo novedoso en el arte es siempre recibido por el mismo aullido de dolor y sorpresa? Uno se ve inducido a sospechar que el interés que la gente muestra por estos productos de los que tanto se habla, la pintura, la música y la escritura, no puede ser muy profundo ni muy genuino cuando se estremecen ante un impacto inesperado.