Autores:
  • Pocos países han producido tanta arrogancia y esnobismo como Estados Unidos. Esto es particularmente cierto en el caso de la mujer americana de clase media. No sólo se considera igual al hombre, sino superior, especialmente en pureza, bondad y moralidad. No es de extrañar que la sufragista americana reclame para su voto los poderes más milagrosos. En su exaltada presunción no ve cuán verdaderamente esclavizada está, no tanto por el hombre como por sus propias nociones y tradiciones tontas. El sufragio no puede mejorar ese triste hecho; sólo puede acentuarlo, como de hecho lo hace.

    Emma Goldman (2016). "La anarquía y la cuestión del sexo: Ensayos sobre las mujeres y la emancipación, 1896-1926", p.57, PM Press.