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Nunca, digo, tuvo un país tantas aperturas a la felicidad como este.... Su causa era buena. Sus principios justos y liberales. Su temperamento sereno y firme.... El recuerdo de lo pasado, si funciona correctamente, debe inspirarle la más loable de las ambiciones, la de aumentar la justa fama con la que comenzó. El mundo ha visto su gran adversidad.... Que el mundo vea entonces que ella puede soportar la prosperidad; y que su honesta virtud en tiempos de paz es igual a la más valiente virtud en tiempos de guerra.