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  • El genio del hombre de nuestro tiempo se ha dedicado a la propulsión a chorro, la división de átomos, la cura con penicilina, etc. No queda nada para las obras de imaginación, de perspicacia espiritual o de iluminación mística. Pedí pan y me dieron un tranquilizante.

    Malcolm Muggeridge (1966). “Tread softly, for you tread on my jokes”