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Esta doctrina (la justificación) es la cabeza y la piedra angular. Sólo ella engendra, alimenta, edifica, preserva y defiende la iglesia de Dios y sin ella la iglesia de Dios no puede existir ni por una hora.
Esta doctrina (la justificación) es la cabeza y la piedra angular. Sólo ella engendra, alimenta, edifica, preserva y defiende la iglesia de Dios y sin ella la iglesia de Dios no puede existir ni por una hora.