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Sin duda, uno de los hábitos peculiares de las circunstancias es la forma en que siguen, en su eterna recurrencia, un único curso. Si un acontecimiento sucede una vez en la vida, se puede contar con que repita más tarde su designio general.
Sin duda, uno de los hábitos peculiares de las circunstancias es la forma en que siguen, en su eterna recurrencia, un único curso. Si un acontecimiento sucede una vez en la vida, se puede contar con que repita más tarde su designio general.