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Pero fíjese, señora, que vivimos entre enigmas y misterios: las cosas más evidentes que se cruzan en nuestro camino tienen lados oscuros, en los que la vista más rápida no puede penetrar; e incluso los entendimientos más claros y exaltados de entre nosotros se encuentran desconcertados y perdidos en casi todos los recovecos de las obras de la naturaleza.