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Hay momentos en los que uno siente el impulso de protestar tácitamente contra el apetito excesivo por la estética pura en este mundo hambriento y pecador. Uno se aparta a medias, musitando, de ciertas cosas bellas e inútiles.
Hay momentos en los que uno siente el impulso de protestar tácitamente contra el apetito excesivo por la estética pura en este mundo hambriento y pecador. Uno se aparta a medias, musitando, de ciertas cosas bellas e inútiles.