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... con cada país asiático en el que operemos en cooperación con la cultura existente, la necesidad de una comprensión inteligente de ese país y de sus formas de vida será crucial. Es muy probable que estas naciones no respondan a llamamientos con los que estamos familiarizados, y que no valoren recompensas que nos parecen irresistibles. El peligro -y sería fatal para la paz mundial- es que en nuestra ignorancia de sus valores culturales choquemos frontalmente y volvamos incontinentemente al viejo patrón de imponer nuestros propios valores por la fuerza.