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Una de las tristes realidades de ser padre es que las mismas cosas que sabes que son emocionantes, educativas y enriquecedoras en la vida de tu hijo suelen ser sucias, malolientes y agotadoras.
Una de las tristes realidades de ser padre es que las mismas cosas que sabes que son emocionantes, educativas y enriquecedoras en la vida de tu hijo suelen ser sucias, malolientes y agotadoras.