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  • Los millones están lo suficientemente despiertos para el trabajo físico; pero sólo uno de cada millón está lo suficientemente despierto para un esfuerzo intelectual efectivo, sólo uno de cada cien millones para una vida poética o divina. Estar despierto es estar vivo. Nunca he conocido a un hombre que estuviera completamente despierto. ¿Cómo podría haberle mirado a la cara? Debemos aprender a despertarnos y a mantenernos despiertos, no por medio de ayudas mecánicas, sino por una infinita expectación de la aurora, que no nos abandona en nuestro sueño más profundo. No conozco hecho más alentador que la incuestionable capacidad del hombre para elevar su vida mediante el esfuerzo consciente.

    Henry David Thoreau (1882). “Walden”, p.142