-
Si bien la tecnología no puede asumir toda la carga del cambio estratégico, sí puede poner en marcha una serie de dinámicas que suponen un importante reto para el control imperativo y la división industrial del trabajo. Cuanto más difusa sea la distinción entre lo que saben los trabajadores y lo que saben los directivos, más frágiles e inútiles serán las relaciones tradicionales de dominación y subordinación entre ellos.