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Echaremos mucho de menos a Jim Fregosi en el mundo del béisbol. Joni y el resto de la familia están en nuestras oraciones. Fregos, fue el mejor manager para el que he jugado. Nuestra relación era muy especial y él fue quien me enseñó a ser un líder. Fregos y yo podíamos relacionarnos tanto en el club como en el campo. En 1993, la Ciudad del Amor Fraternal cambió el mundo... ¡Fregos fue la fuerza motriz!