Autores:
  • Un joven profesor que vi en acción en una de nuestras grandes universidades del este solía ponerse de espaldas a la clase y murmurar explicaciones de problemas de la pizarra. Le "echaron" al cabo de dos años porque los alumnos se negaban a asistir a sus clases. Le dieron una razón evasiva para su despido y se marchó con una justificada amargura hacia la administración. Si alguien le hubiera dicho la verdad podría haber evitado este desenlace. A veces los profesores siguen durante años sin concebir faltas remediables que irritan a sus oyentes.