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No quiero ser tan analítico con mi propia vida, porque si empiezo a serlo, quizá decida no creerme nada de lo que está pasando. Pero, el hecho es que ahora he experimentado los dos lados. Lados en los que te lo pasas muy bien con la gente en el plató, y luego te alejas. Y no es malicioso. Es sólo que la gente vuelve y vive su vida y hace lo que sea.