El personaje y el actor de una serie de larga duración se convierten poco a poco en uno solo. Creo que debe haber historias divertidas sobre actores que, en el piloto de una serie de televisión, hicieron alguna cosa rara con los ojos, o algún impedimento del habla o algo así, y lo siguiente que sabes es que han pasado ocho años y siguen haciendo ese maldito chiste.