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  • En las semanas previas a la guerra para liberar Afganistán, un buen amigo mío me preguntaba casi todos los días: "¿Por qué no estamos matando gente todavía?". Y nunca tuve una buena respuesta para él. Porque una de las cosas más importantes y vitales que podía hacer Estados Unidos después del 11-S era matar gente. Llámalo "respuesta contundente", "acción decisiva", lo que sea. Todos esos son bonitos eufemismos para matar gente. Y el mundo es un lugar mejor porque Estados Unidos vio la necesidad de poner acero bajo el terciopelo de esos eufemismos.