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Quien se aparta de lo habitual se convierte en un sacrificio para lo extraordinario; quien se atiene a lo habitual se convierte en su esclavo. En ambos casos está condenado a perecer.
Quien se aparta de lo habitual se convierte en un sacrificio para lo extraordinario; quien se atiene a lo habitual se convierte en su esclavo. En ambos casos está condenado a perecer.